Sicodrama

EL SICODRAMA EN EL MODELO DE ROJAS-BERMÚDEZ. Amelia Coppel (Octubre 2014)

Rojas-Bermúdez inició su actividad terapéutica con el sicoanálisis ortodoxo kleniano. A partir de este modelo, se fue dando cuenta  que tanto la práctica como la teoría eran insuficientes, comenzando una búsqueda en otras áreas de investigación que le aportasen nuevas ideas. En primer lugar, retomó el cuestionamiento de Pichon-Rivière sobre el punto de fijación de las histerias en la evolución de la libido, consideradas por Freud y Abraham anteriores a la madurez sexual. En segundo lugar, se fijó en las tres áreas fenoménicas del mismo autor, que le posibilitaban establecer una correlación entre la evolución de la libido y las áreas. Con estos nuevos conceptos, empieza a replantearse la base teórica para una  comprensión estructural del siquismo a la cual referir, a la vez, los procesos evolutivos y los cuadros clínicos. Enfatizando más el aspecto perceptivo (procedencia de los estímulos) y la diferenciación entre áreas del siquismo y los territorios en los cuales ocurren las conductas, que en la concepción de Pichon-Rivière donde las áreas son la expresión de la conducta.  Este proceso le llevó a investigar en otros campos ajenos al sicoanálisis como la neurofisiología, en la búsqueda de  soportes fisiológicos de los procesos evolutivos sicológicos, la etología, la siquiatría infantil, la propia clínica, etc. A pesar de todas estas investigaciones, no conseguía integrar el esquema lineal de Abraham y Freud con las tres áreas de Pichón-Rivière. Finalmente, entra en contacto con Moreno que le aporta el concepto de rol sicosomático, el cual incluye la dimensión social al relacionar una función fisiológica indispensable con el medio.  La idea de zona de Moreno permite al autor introducir un nuevo punto de vista sobre la dinámica de los procesos evolutivos, desplazando su atención del individuo a la interacción. Logra con ello integrar lo temporal con lo espacial para lo cual se requería de una coherencia tanto evolutiva como estructural a nivel teórico.

Como el propio Rojas-Bermúdez escribe, en su libro “Teoría y Técnica Sicodramáticas” (1997),  sólo mantiene del psicodrama moreniano su estructura formal, no sigue su metodología ni sus planteamientos teóricos. Bajo mi punto de vista, la teoría de Rojas-Bermúdez no es una teoría sicodramática. En 1966, crea una teoría neurofisiólogica del siquismo humano.  De esta manera, partiendo del sicoanálisis configura  una teoría de la personalidad que integra lo evolutivo y lo estructural basada en el desarrollo fisiológico. Considerando que el siquismo es una función del sistema nervioso, su inicio, estructuración y desarrollo son el resultado de las interacciones del individuo con su medio. La organización síquica no se refiere sólo a la estructura interna del organismo sino que engloba también a la estructura del entorno con el cual interactúa. En palabras del autor “La progresiva configuración de un modelo fisiológico en el que empiezo a comprender que los registros nerviosos son el resultado de experiencias complementarias, me lleva a considerar que dichos procesos podrían estar programados genéticamente” (Rojas Bermúdez, 1997, 343). De este modo, considera que ambas estructuras interna y externa están programadas genéticamente. Cada individuo trae un pre-programa a la vida y este pre-programa se pone en actividad en la medida que es complementado por el pre-programa de afuera. La organización del siquismo se debe a estas interacciones complementarias, que tiene como paradigma la relación boca-pecho. Cada vez que se da una interacción se produce un registro. Estos registros, que en el inicio de la vida van organizando poco a poco la actividad síquica, se integran en el Núcleo del Yo. Este proceso culmina a los dos o tres años de vida. A partir de este momento, comienza la etapa del aprendizaje social, los registros que resultan de este aprendizaje se incorporan al Yo,  y con el desarrollo de los roles sociales se va configurando el Esquema de Roles. Por un lado, el rol social es una prolongación yoica y por otro, es una conserva cultural. El rol social surge de la interacción de la estructura yoica con la estructura social. De tal modo, que cuando un rol interactúa con su complementario, ya hay un conocimiento previo de las pautas de comportamientos posibles. De esta relación surge el vínculo.

En la escuela de Rojas-Bermúdez, la metodología de la etapa de dramatización consta de dos vías: la dramatización clásica de Moreno dirigida a jugar roles enfatizando la vivencia, y la Construcción de Imágenes, aporte del autor, donde el objetivo va dirigido a conseguir la visión estructural de la vivencia más que a producirla,  facilitando su comprensión y entendimiento. Ambas formas se alternan y se complementan perfectamente. En mi opinión, la técnica de imágenes es uno de sus mayores logros.

Otro aporte de Rojas-Bermúdez es la inclusión de los Tres Contextos en el Encuadre Formal, junto a las Tres etapas y los Cinco instrumentos, que se han integrado de tal manera que muchas autores desconocen que no son de Moreno.

Su gran rigor científico y respeto por los procesos biológicos naturales le han conducido a formular uno de sus principios básicos “seguir al paciente” donde lo terapéutico, básicamente, “es recibir el material del paciente e intentar que con eso resuelva para su vida, no para la del terapeuta” (Rojas-Bermúdez, 1993). En definitiva, la actitud terapéutica surge de la ética del vínculo entre el director y el paciente.

Rojas-Bermúdez, también,  amplia la importancia del Yo-auxiliar, la cual ha sido fundamental en su obra, implantando su profesionalidad y formación sicodramática. El rol de yo-auxiliar es complementario al rol de director y juntos constituyen el equipo terapéutico: la Unidad Funcional

Otra diferencia es el énfasis en lo corporal frente a la palabra. Sin embargo, el sicodrama no deja de lado lo verbal, sino que, por el contrario se jerarquizan las palabras, al incluirlas en un contexto más amplio, como lo es el de los actos.

Resalta el papel de los caldeamientos, cuyo fin es preparar al individuo para la acción y los clasifica en inespecífico y especifico.

Finalmente, introduce la teorización sobre el uso y funciones de los objetos en la sesión de sicodrama: Objeto Intermediario y Objeto intraintermediario.

De acuerdo con Moreno, considera que el sicodrama es el paso de la terapia del individuo a la terapia en grupo, del tratamiento con técnicas verbales al tratamiento con técnicas de acción.

Puede sorprender porqué Rojas-Bermúdez utiliza el Sicodrama. Principalmente, se debe a ser una terapia de interacción en la que interviene el cuerpo en el espacio y donde las imágenes van a ser construidas en el escenario como una estructura. El Encuadre Formal sicodramático tiene que ver con su visión teórica y metodológica. Estos motivos son los que le llevan a  abandonar el encuadre sicoanalítico, adoptando la forma sicodramática que le permite trabajar más de acuerdo con sus convicciones. Concluyo que es este encuadre lo que le une a Moreno y al Psicodrama

BibliografíA

Rojas-Bermúdez, J.  (1979).  Núcleo del Yo. Lectura sicológica en los procesos evolutivos fisiológicos. Buenos Aires: Genitor

Rojas-Bermúdez, J.  (1984).  Qué es el Sicodrama. Teoría y práctica. Buenos Aires: Celcius

Rojas-Bermúdez, J.  y otros (1988). Avances en Sicodrama. Buenos Aires: Celcius

Rojas-Bermúdez, J. (1993) Actitud Terapéutica. Taller de supervisión en la Coruña (papers)

Rojas-Bermúdez, J (1997) Teoría y técnica sicodramáticas. Paidós